Ciclo Agrario y Cosmovision Campesina
Aquí anda la Cruz de Mayo
Aquí anda la Cruz de Mayo
Visitando a sus devotos
Con un cabito de vela
Y un cantarito de mosto.
Si lo tiene no lo niegue
No le sirva de algún daño
Para darle la limosna
A la santa Cruz de Mayo.
Cruz de Mayo en Lota
Cada 2 de mayo víspera del día de la cruz, en algún lugar de la zona centro sur de nuestro país, es posible escuchar estos y otros versos de la tradición oral, que anuncian la presencia de la procesión que celebra a la Cruz de Mayo. Lo importante es esperar las 12 de la noche para recibir su día con gran festejo.
Con distintos matices de acuerdo a la localidad en que se dé, la conmemoración de esta fecha como parte del ciclo agrario marca un momento de especial devoción para sus fieles, y un proceso de renovación que se inicia con una nueva siembra de trigo. “Todos llevamos una cruz igual que nuestro Señor, y cuando la recordamos en su día, aliviamos nuestras cargas”, señalaba la señora Martina Escobar, del sector San Onofre de la comuna de Hualqui, Región del Biobío, cuando en una de las tantas visitas que hicimos en la década de los 80 le preguntábamos porqué celebraba la Cruz de Mayo.
Una de las maneras muy propia de las familias campesinas para festejar este día, ha sido el colgar una cruz de madera adornada con flores frescas en alguna pared externa de la casa durante la noche de su víspera, y rezarle. Otras formas, actualmente más difundidas en la ciudad y que migraron desde el campo hace ya muchas décadas, sobrepasan el espacio íntimo de la vida familiar y concitan al colectivo a sumarse a una procesión. La celebración, entonces, considera una etapa previa para confeccionar la cruz o recuperar la del año anterior, seguida de una procesión que recorre las casas solicitando alguna cooperación o “limosna” a sus moradores, para finalmente compartir u obsequiar lo reunido.
En la comuna de Pelluhue, Región del Maule, por ejemplo, la etapa preparatoria de esta celebración -revitalizada por un grupo de personas en 1998 luego de más de 30 años de olvido- comienza en el mes de marzo, cuando sus organizadores se reúnen a conversar, evaluando lo realizado el año anterior y planificando la próxima celebración. La comunidad con mucha anticipación aporta donaciones para la comida que se ofrece al menos a 150 comensales: harina, pollos, papas, verduras y carbón además de infraestructura para cocinar.
El día 1 de mayo se adecúa el local donde la Cruz y su comitiva será recibida, se recolectan las ramas de chequén para su decoración, y se prepara el pan amasado. El día 2 se va a buscar la Cruz al lugar donde estuvo acogida desde la celebración anterior y un emocionado discurso del dueño de casa le da la despedida, agradeciéndole por haberlo acompañado durante todo el año. Gritos de ¡viva la Cruz de Mayo! y aplausos acompañan el trayecto hacia el lugar donde será “vestida”. Una vez allí, las ramas y hojas ya secas del año anterior son quemadas en una fogata como símbolo de purificación, mientras niños, jóvenes y adultos saltan sobre ella gritando ¡Viva la Cruz de Mayo! La Cruz, entonces, se viste nuevamente con flores frescas que las personas asistentes han llevado, compartiendo entre todos roscas y ponche.
Cruz de Mayo en Penco
La procesión comienza con la Cruz bellamente vestida, dirigiendo a la comitiva. La Cruz es “cargada” por algún devoto que solicita llevarla, acompañada de guitarras, acordeón, y faroles fabricados manualmente, que sus miembros han aportado y recorre parte importante del pueblo. En cada casa se realiza una detención donde se cantan versos solicitando las “limosnas”, que se van acumulando en canastas.
Procesión de Cruz de May en Peluhue
Quienes aportan a la Cruz son merecedores de bellos versos.
Muchas gracias señorita
El cielo le pagará
Por la limosna que ha dado
De tan buena voluntad
Por su parte, aquella casa que no abre su puerta, recibe versos que denuncian la avaricia de sus ocupantes:
Esta es la casa ‘el espino
Donde viven los mezquinos
Esta es la casa del rancho
Adonde viven los chanchos
La mayor parte de las familias esperan en la puerta la llegada de la procesión y ofrecen galletas, ponche y bebidas a los participantes. Algunos de ellos cortan un ganchito de ramas de chequén y los guardan como protección. Mientras ello ocurre, otro grupo espera en el salón donde la Cruz será recibida, preparando con la veintena de gallinas de campo donadas por los vecinos una sabrosa cazuela, con las mesas puestas y el altar dispuesto. Cuando la comitiva llega, se cantan esquinazos y tres pies de cueca que los asistentes bailan entusiasmados. Al pie del altar se instala además una caja repleta de tradicionales pajaritos –masas dulces horneadas y cubiertas de merengue o betún de huevo-, que quedan a disposición de quien quiera comer, siempre y cuando recite previamente al menos una loga.
LOGAS
1
A la bendita Cruz de Mayo
Le pido ciencia de vida
Para celebrar un rato
Con toda esta gentería.
2
Los ángeles en el cielo
Se adoran y se cautivan
Para ver que celebramos
A la Cruz en este día.
LOGAS
3
Quita malos pensamientos
Rabias y melancolías
Y a una voz digamos todos
¡Que viva la Cruz del día!
4
Buen dar decía un buey
Mirando un retrato suyo
Pensar que estudié pa’ toro
Y me cortaron….los estudios.
Logas y cuecas en Pelluhue
Así como los habitantes de Pelluhue manifiestan su ferviente Fe a la Cruz, diversos grupos de personas a lo largo de las regiones del Maule, Biobío y La Araucanía, celebran esta fecha ya sea por devoción o por manda, invitando a vecinos, parientes y amigos a compartir una jornada de devoción, de canto, baile y disfrute. Lota, San Pedro de la Paz, Pedro de Valdivia Bajo y Penco, son algunos de los lugares que hemos conocido donde cada 2 de mayo revive esta conmemoración, acercando a sus asistentes al sentido de comunidad con que la religiosidad popular se conecta.