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Ciclo Agrario y Cosmovision Campesina

Y que el diablo reviente

Imposible sería conocer el origen de los distintos ritos de protección que han acompañado a las culturas del mundo desde tiempos remotos, y que han permanecido vivos hasta la actualidad. Y es que  el ser humano parece necesitar profundamente una conexión con las fuerzas de la naturaleza o con lo celestial, que le permitan encontrar tranquilidad, aquietar sus miedos y fragilidades, y materializar  aquel sentimiento de seguridad ante las diversas amenazas que lo aquejan en su vida cotidiana.

Las comunidades campesinas de nuestro país, y específicamente aquellas de las regiones que hemos recorrido a lo largo de los años, han acudido a diversos medios de protección para contrarrestar el mal, acumulando un corpus ilimitado de “contras”, ayudas o defensas para protegerse del diablo, de los brujos, o de enfermedades como el mal de ojo, entre muchas otras.

Para proteger una casa, por ejemplo, sobre el techo suele colocarse la calavera de algún animal como buey o caballo. Al interior, en la puerta de entrada, se deja un cruz de palqui y en la cocina se mantienen ramos benditos como el romero, el laurel y la ruda. Esta última planta, ubicada al lado izquierdo de la entrada de la casa, es una gran protectora que avisa al secarse que hay energías negativas presentes, por lo que hay que quemar ramos benditos en el fogón cuando esto sucede.

Desde el nacimiento de alguna criatura, ésta también se protege contra el mal de ojo. Para ello existen varios elementos protectores, como alguna medallita prendida a su ropa, o una bolsita pequeña de género rojo, que en su interior lleva ramos benditos molidos. También, otro buen protector es ponerle parte de su ropa interior al revés. Si en alguna oportunidad el niño o niña es ojeado, el mejor remedio será santigüarlo.

Las oraciones han acompañado a las familias campesinas durante generaciones. Antiguamente, desde el amanecer se buscaba la protección. Cuando ya estaba amaneciendo, contaba mi tía abuela Julia Bustos, el dueño de casa, es decir su padre, cantaba las alabanzas que eran respondidas por el resto de la familia desde sus dormitorios. En su estrofa inicial decía:

Audio Funeral Colbún
00:00 / 04:42

Ya viene rompiendo el alba

con su luz y claro día

demos infinitas gracias

a Jesús Cristo y María .

Y el estribillo continuaba:

 

Alabemos al señor

que nos dió su santo cuerpo

y en el “ara” del altar

se celebra el sacramento.

 

Una vez finalizadas las alabanzas, la familia podía levantarse.

La señora Estela Castillo de la localidad de Las Pocillas en la comuna de Pelluhue, nos contaba “así como hay rezos pa’ santiguar, también hay otros que sirven de contra. Entonces si uno va al pueblo de noche, da miedo y reza... o si quiere que la casa esté tranquila, se pueden rezar las doce palabras redobladas.”

 

Existen oraciones específicas para cada ocasión. Una de ellas se reza en las noches, cuando se va andando por los caminos y se escucha el característico grito del tuetué, pájaro maligno  o más bien cabeza de brujo con alas, que puede traer el mal.

Dios te salve reina y madre

Madre de misericordia

No permitas que mi alma sea descubierta

Ni mis carnes sean heridas

Ni me echen brujería.

Amén.

Cuando los gritos del tuetué son escuchados desde la casa, se recomienda “echarlo a garabatos” o invitarlo para el siguiente día a tomar desayuno. La tradición dice que la mayoría de las veces aparece alguien respondiendo a esta invitación, para lo cual se utiliza como contra el esconder debajo de la silla donde el visitante se siente una tijera abierta en forma de cruz, que evita que el brujo se vaya una vez que quiera levantarse, dando tiempo para hacer los sahumerios respectivos y neutralizar la brujería presente. De esta manera, es posible descubrir a los brujos y neutralizar sus oscuros poderes.

Estos y tantos otros ritos o prácticas que sirven de protección ante las fuerzas dañinas, pueblan la vida cotidiana de las familias campesinas y favorecen el contacto permanente con lo sagrado, adquiriendo mayor intensidad en aquellas noches mágicas como la noche de San Juan, donde toda la naturaleza se encuentra bendecida ante la imininente bajada del santo a la tierra. Es así como el agua, las hierbas medicinales y los árboles potencian sus poderes, conviertiendose en el momento ideal para la elaboración de diversos contras y protectores para el nuevo ciclo que se inicia: cruces de palqui, agua bendita, ramos benditos, escapularios y bebidas  protectoras como el vino con ajenjo y ruda.

Ritos de Protección
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